sábado, 31 de agosto de 2013

MUSICA CUYANA 2

DOS QUE SE AMAN
ANTONIO TORMO

Adiós, para siempre,
Mitad de mi vida.
Un alma tan solo,
Teníamos los dos.

Más hoy es preciso,
Que esta alma divida.
La amarga palabra,
Del último adiós.

Porque no separan,
No saben acaso.
Que pasa la vida,
Cual pasa la flor.

Cruzamos el mundo,
Como aves de paso.
Mañana la tumba,
Porque hoy el dolor.

La dicha secreta,
De dos que se adoran.
Enoja a los cielos,
Y es fuerza sufrir.


Tan solo son gratas,
BIS
Las almas que lloran.
Al torvo destino,
La ley es morir.

Quien es el destino,
Te arroja a mis brazos.
En mi alma te imprime,
Te infunde en mí ser.

Y bárbaro luego,
Me arranca a pedazos.
El alma, la vida,
Contigo por qué.

Adiós, es preciso,
No llores si parte.
La dicha de vernos,
Nos quita dolor.

Pero un solo instante,
Dejar de adorarte.
Hacer que te olvide,
No pueden jamás.

Con lazos eternos,
Nos hemos unido.
En vano el destino,
Nos hiere a los dos.


Las almas que se aman,
BIS
No tienen olvido.
No tienen ausencia,
No tienen adiós.


POR QUE TE ALEJAS.
CANTARES DE LA CAÑADITA.

Yo que solo he vivido,
Contemplándote mí bien.
No te apiadas un poco,
De este mi cruento dolor.

Si ha sido tarde ya tú fiel,
Cariño para mí.
Por desdichado rencor,
He cierto vida mía.

Que hay verdad en tu querer,
Yo te canto, tan solo por tu amor
Es que he soñado,
Quererte de verdad.

No puedo más así,
 Seguir con mi dolor.

Es mi amor un gran placer,
Es mí bien,
 Una estrella que adoré,
Que gran dolor.

Quien tenga solo un penar.
Y yo seré un esclavo de tu amor,
Seguir así sin fe,
Es muy triste vivir.
Me siento un pobre de alma,
Que no tengo otro querer.
Aquel amor soñado,
Que hay en mi desolación.

Si solo tú latir,
Se acerca más a mi vivir.
Para implorarme perdón,
Si solamente existe,
Un consuelo para mí.

Para ti es mi noble corazón,
Con esa dicha mi bien será feliz.
Debo pensar en ti,
Para poder vivir.












RANCHO CHILENO
CANTARES DE LA CAÑADITA

Me has engañado mujer,
Porque en tu alma.
Las flores del cariño,
No han brotado.

Porque en tu pecho,
Jamás nadie ha derramado.
Semilla de tu corazón,
Ya  destrozado.

Me has engañado mujer,
Dándome un beso.
Fuego lento que llevo
Dentro de mí.

Con un beso que,
Me ha robado todo el cariño.
Y otro beso
Que con amor te di.


Te recuerdas mujer,
De aquella tarde.
Cuando junto a mi rancho,
Me besabas.

Y jugando con mi manta,
Me decías que era yo.
Para ti la prenda amada.

Te recuerdas mujer,
Que me dijiste.
Acariciando las crines,
De mi overo.

A que feliz seria yo,
Si me llevaras en las ancas.
De tu lindo manso overo.

Te doy mi cariño,
A ti bella mujer.
Porque te quiero,
Y he nacido para ti.









MI DESENGAÑO
CANTARES DE LA CAÑADITA

Pobres flores,
Que marchitas se quedaron.
Desde el día en que te fuiste,
Vos de aquí.

El perfume de las flores,
Me embriagaban.
Todo, todo,
Se ha muerto para mí.

Hasta el grillo,
Que cantaba en la mañana.
Anunciando con su canto,
El aclarar por tu ausencia.

Se ha volado de la jaula,
Y no ha vuelto.
Y ni volverá jamás.

Yo lo busco sin cesar,
Porque en el mundo.
No me resigno,
Con mi triste soledad.

En mis horas lo contemplo,
Y lo acaricio.
Y pensando que algún día,
Volverá.

Y pensando,
Que algún día volverá.
Porque le pagas,
Tan mal a mi cariño.

Porque lo tratas,
Con tanta deslealtad.
No ves que sufro,
Tan horrible desengaño.

Y poco a poco,
Los años se me van.
Es muy triste,
Querer sin ser querido

Es muy amarga,
La desilusión.
En las redes del desprecio,
Yo he caído.


Enceguecido,
Mi pobre corazón.

Porque no tengo,
El consuelo de mi madre.
La que con ella,
El cariño de verdad.

Yo no quiero,
Que me agobien los pesares.
Comprendida,
De mi propia realidad.

1 comentario: